martes, 20 de mayo de 2014

Día feo, especial para el zorzal

Ya hace unas semanas fotografié algunas aves en mi jardín, ya han visto unas de horneros juntando barro para construir su nido. Pero no fueron las únicas que pude ver y fotografiar, sino una figurita difícil en mi patio el zorzal colorado (Turdus rufiventris) que no abunda mucho en este sector de la ciudad además de ser muy receloso de la presencia humana y de mascotas.
Estos descienden al césped para buscar lombrices, las que suelen salir a la superficie cuando hay mucha humedad en el suelo para evitar ahogarse. Los zorzales tienen un ojo increíble para encontrarlas en lugares que uno no puede ver nada y suelen comer varias en pocos minutos.
Este zorzal no permaneció mucho tiempo, lo bueno es que no sospechó de mi presencia en el escondite hi-tec silla-sábana-cartón que armé ese día (ver aquí).





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