La garza estaba a poco de amanecer sobre la costa noroeste de la laguna de Monte, en el sector conocido como El Mirador. El nivel de las aguas era bajo; el día presentó temperaturas bajo cero, lo que hace que los peces tengan poca movilidad y permanezcan en aguas someras, siendo así una presa fácil de los depredadores.
Le costó bastante devorar el pez, desde que la comencé a retratar tardó casi 5 minutos; es que las aletas y otras espinas del pez, además de su tamaño, hacen de ellas presas difíciles de tragar. Entre otras aves de la zona, solo las cigüeñas, garzas grandes y biguás, como el que está al fondo en todas las fotos, son capaces de comer una vieja de agua.
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