miércoles, 15 de octubre de 2014

Calandria rufa

Una de las aves que más llamaron mi atención en mi último viaje a la RECS fue una calandria real (Mimus triurus) no por la especie en sí misma sino porque presentaba una coloración atípica: rufa. Un color algo parecido al del hornero, aunque un poco más más tirando al anaranjado claro.
Le hice una consulta a Jorge La Grotteria  y él me sugirió que podría ser que esté sucia, probablemente con tierra colorada, si fuera así delataría que está volviendo del noreste hacia el centro del país; es bien sabido que la tierra colorada cuesta que se despegue de lo que se ha adherido. Otra cosa pudiera ser es que se haya revolcado en una cancha de tenis y se haya impregnado de polvo de ladrillo, cosa que dudo.
Esta calandria apareció a mediodía, cuando me senté en un banco cerca de la entrada por la calle Viamonte, dispuesto a comer un sandwich de bondiola comprado en un carrito enfrente mismo de la entrada; ya las aves sin que se me cayeran migas suponían una comida y bajaron justo enfrente mío, al parecer están muy acostumbradas. Aparecieron tordos renegridos, tordos músicos, un cardenal juvenil, palomas picazuró, torcazas, chingolos, pepiteros de collar, una calandria grande y la susodicha calandria real. Lo curioso fue que la calandria grande se aprovechaba de su leve mayor tamaño y trataba de expulsar a la calandria real, cosa que logró en tres oportunidades, además de ser la real mucho más desconfiada que la grande, que son a menudo bastante desfachatadas y conviven cerca de los humanos. Al final las aves obtuvieron algunos pedacitos de pan y  semillas de alpiste que llevé, así que tengo varias fotos más para mostrar, cosa que será en los próximos días.





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