Una de las escenas que me regaló mi visita a la plaza España fue observar y poder fotografiar a una madre gorrión (Passer domesticus) alimentar a uno de sus hijos volantones, que fue el único que vi .
Estos comían semillas e insectos que buscaban en las veredas y el césped corto; la madre buscaba sin cesar alimento y se lo daba a su hijo/a que la seguía sin cesar en tierra. Al verlos me fui acercando lentamente agachado a unos 5 metros, más no me lo permitieron las aves, pero fue suficiente para tomar numerosas fotos.
En las imágenes se puede observar que la gorriona trataba de alimentar al volantón con una chinche de la familia Pentatomidae, en mi opinión una chinche hedionda, cosa a la que no parecieron darle importancia o tal vez su sentido del gusto no esté muy desarrollado.
Comoquiera que sea el insecto era muy grande para su pico y la madre reiteradas veces trataba de alimentar al volantón, cada vez intentando meterlo en la boca y también trozándolo con el pico, cosa que sucedió luego de varios intentos.
Muy bonita y simpática secuencia del tema eterno de madre e hijo ambientado en el humilde gorrión.
ResponderEliminarCheers
Sam & Dave
Gracias por comentar, siempre son bienvenidas vuestras apreciaciones
EliminarSalu2
Da la impresión de que el insecto ofrecido por la madre está tan plano y sin sustancia que el joven no lo quiere. Parece un cromo.
ResponderEliminarDe los gorriones siempre se ha criticado el consumo de grano cultivado por el hombre pero, que poco reconoce el gran papel que ejerce en sus tres crías anuales cuando consumen gran cantidad de insectos, muchos de ellos dañinos para el agricultor.
Saludos
Pareciera a primera instancia pero es que la chinche era muy grande. Aquí los gorriones están adaptados a las ciudades, casi no se ven en el campo salvo que haya una casa cerca, se alimentan de todo lo que haya. En mi casa les tiro migas, pan duro, restos de comida y no dejan absolutamente nada, hasta carne comen
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