viernes, 7 de febrero de 2014

Alterados

Hace ya unas semanas, en el mes de enero, en un de mis salidas a la laguna de Monte, vi como unas jacanas (Jacana jacana) intentaban llamar la atención de eso grandote que se acercaba flotando, que era mi plataforma escondite donde me escondo yo con mi equipo fotográfico.
Me costaba demasiado avanzar entre la vegetación sumergida, ya que al andar en cuclillas en el agua, si bien cansa muy poco por la flotabilidad de mi cuerpo, la vegetación queda ente el vientre, la ingle y las piernas, se hace cuna maraña grande que molesta mucho, para desplazarla debo pararme o estirar de a una hacia atrás las piernas y el torso hacia adelante, movimientos no convenientes ya que las aves se suelen asustar, más si me paro, al ver la figura humana hace de cuenta que ven al diablo.
Estas se hacían las heridas o las rengas, en especial una de ellas , la otra se ponía en un sector a mi derecha pero con menos despliegue. Se debía a que tenían pichones chiquitos, querían distraerme para evitar que no los atacara a los pichones y pensara que al ser supuestas aves heridas serían un blanco más fácil, cosa que no iba a suceder nunca ya que solo les quería tomar unas fotos...lástima que ellas no entienden de mis buenas intenciones, aunque algunas logré tomar.
No pude colocarme en un ángulo favorable por mi lento avance entre las ortigas de agua sumergidas, me tuve que conformar con unos contraluces en la más aparatosa  de la jacanas y otras con una luz mucho mejor en el otro progenitor que estaba a mi costado a solo unos metros.










2 comentarios:

  1. Siempre es conmovedor ver cómo los padres arriesgan sus propias vidas para salvar a sus proles. Tu secuencia de fotos es muy buena ilustración de este comportamiento tan atávico y curioso.

    Abrazos veratos

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  2. Si, y los he visto en patos, teros y alguna que otra especie, parece un comportamiento bastante extendido entre algunas aves.

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