Una especie de ave que se introdujo en el país aproximadamente hacia 1985 y se está difundiendo por la provincia de Buenos Aires y otras regiones del país es el estornino pinto (Sturnus vulgaris) que lentamente se está volviendo un problema por competir con las especies nativas y quitarles a varias de ellas sus lugares de nidificación que suelen ser oquedades naturales, huecos en los troncos, nidos de pájaro carpintero, hornero, leñatero, etc. En su lugar de origen forma enormes bandadas que descansan sobre los árboles en las ciudades, provocando con sus deyecciones mal olor, muerte de plantas y árboles posadero, también provocan que los caminos pavimentados se vuelvan resbaladizos.
En las zonas del norte bonaerense se los ve en otoño formar bandadas importantes donde se reúnen con palomas para comer semillas en los campos de rastrojos o con quínoas, también lentamente se están acostumbrando a los humanos y se acercan a las ciudades, algunos de ellos ya habitan plazas en bajo número y toleran bastante a la gente.
Este ejemplar fue observado en la plaza Adolfo Alsina de San Miguel del Monte, buscando insectos que quedaron moribundos luego de ser atraídos durante la noche a las luminarias. En esta zona los estorninos aparecieron de a poco en el campo hacia 2006, siendo ya un poco más numerosos en 2010; en 2012 a 2015 se los veía en el campo en bandadas grandes y algunos en los barrios suburbanos. Desde fines de 2015 se los puede ver en ocasiones en la zona céntrica; es de esperar que su número aumente y su rango de distribución se amplíe aún más.
Mucha de la gente que observa aves en libertad y se preocupa por la conservación están alarmados por esta especie y la llegan a despreciar. Es obvio que es una especie problema, las aves no tienen la culpa de eso, solo el ser humano que hace desarreglos, aunque en mi opinión son unas aves muy bellas, me gusta observarlas.
Las fotos son de octubre de 2016.
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