Pude fotografiar muchas aves y hacer buenos acercamientos pero el que más me gustó, no tanto por la calidad sino por la distancia a la que llegué a estar es el avistaje de un mirasol (Ixobrychus involucris), especie de la cual no tenía fotos y solo había visto una sola vez a muchísimos metros, casi un puntito diría.
El encuentro fue casi por casualidad, lo vi de lejos sin el teleobjetivo, vi una manchita en un juncal a más de 100 metros, le tomo una foto y la amplío, no se veía mucho pero insinuaba ser una garcita azulada o un mirasol, el color me indicaba este último.
Así que me fui desplazando lentamente hacia el ave, ya a una treintena de metros me fui para un costado para despistar y no asustarla. Mientras tanto iba tomando fotos por si se escapaba volando, al menos así iba a tener algún registro, ya que no tenía nada. Pero por suerte no se voló, así que continué por la orilla de los juncos hasta llegar al ave, que trataba de pasar inadvertida entre la vegetación confiando en su camuflaje.
Llegué a estar a dos o tres metros de ella, me miraba con algo de inquietud y trataba de meterse lentamente entre los juncos y pasar inadvertida; eso me dificultaba una foto limpia sin que tapara la anatomía del ave, no obstante algunas pude tomar de su cabeza sin interferencias; no son de lo mejor la fotos, lo ideal es que estuviera más al descubierto y con iluminación favorable, pero estar varios minutos frente a ella y compartir su ambiente no tiene precio.
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| La primera foto que obtuve de este ejemplar y de la especie |
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| La primera foto de una distancia relativamente cercana |
Preciosas fotos, Hernán. Buen trabajo; tu paciencia ha tenido su fruto. Tiene que haber sido emocionante acercándote lento lento a ver si quedaba.
ResponderEliminarCheers
Sam y Dave
Muchas gracias por vuestro comentario, en verdad es muy emocionante acercarse tanto a las aves, tengo más encuentros que luego iré subiendo
ResponderEliminarSaludos