Allí muchas aves son bastante confiadas a la gente, una de las más fáciles de retratar fueron los tordos músicos (Agelaioides badius) que merodeaban por varios senderos en pequeñas bandadas. A estos los pude fotografiar en un área con césped corto bordeando un sector de árboles y hierbas altas, como el ricino (Ricinus oficinalis), regalándome varios de ellos hermosos retratos. Para lograrlo me desplacé lentamente y permanecí sin hacer movimientos bruscos cerca de donde se alimentaban entre la gramilla.
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